La organización del rally tuvo que tomar medidas drásticas durante la noche del sábado al domingo tras encontrar inundado el vivac de Tupiza y cancelar la novena etapa.“Como un pequeño lago de barro”. Así anocheció el vivac de Tupiza según algunas de las asistencias que llegaron a última hora de la noche del sábado procedentes de La Paz.Debido a que la etapa La Paz-Uyuni era la primera parte de la Maratón (sin asistencias), los camiones y vehículos de los equipos viajaron directamente al medio de la nada.Allí está el vivac del Dakar, a 20 kilómetros del pueblo de Tupiza y sin señal de móvil. La organización aplicó, en cierto modo, la experiencia de pesadilla vivida hace un año en Oruro, a 566 km, cuando tuvieron que evacuar todo el campamento, convertido en un barrizal de varias decenas de centímetros de altura.Así, empezaron a evacuar el vivac a medianoche para evitar que las pocas asistencias que habían llegado se quedasen atrapadas. Las palas excavadoras hicieron su trabajo para sacar del lodo a los pocos atrevidos que habían entrado en la explanada que debía ocupar el vivac.A las 7.30 de la mañana, todas las asistencias se colocaron a lo largo de la carretera local de doble sentido, ocupando algo más de 5 kilómetros en dirección Tupiza. La policía local y el propio personal de la organización han estado durante todo el día regulando el escaso tráfico local.Durante la tarde noche, algunas asistencias planean poner camino a Salta, a 500 km de distancia. Los corredores tendrán toda la jornada del lunes para completar el mismo recorrido que las asistencias y los vehículos de la organización de manera neutralizada.El Dakar solo sueña con salir de Bolivia lo antes posible. Un año más, la climatología ha castigado las etapas bolivianas.