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Ott Tänak quiere más y responde a los ataques de Sébastien Ogier
8/17/2018


La mañana del viernes en el Rally de Alemania comenzaba con uno de los platos fuertes de la edición de este año. El regreso de Stein und Wein (traducido: piedra y vino), tramo que no se realizaba desde 2015, aseguraba una buena dosis de velocidad, carreteras anchas y secciones muy estrechas y ratoneras en la zona de los viñedos para que los pilotos se desperezaran. En este terreno era Sébastien Ogier el que demostraba estar más entonado, marcando el scratch y situándose como nuevo líder con una ventaja siete décimas respecto a un Ott Tänak que prometía batalla.

Con la carretera seca los tiempos se mostraban muy apretados, a la décima, con prácticamente todos los pilotos quejándose acerca de que, en secciones tan rápidas, la mayoría de las monturas sufrían de subviraje y de problemas de estabilidad, especialmente en el caso del Hyundai i20 WRC Coupé, el cual ha evidenciado desde su estreno en 2017 una clara tendencia a tener un comportamiento demasiado cabeceador en asfalto.

A pesar de ello, Neuville se quedaba muy cerca del piloto francés de M-Sport, mientras que los pilotos más retrasados en el orden de salida empezaban a padecer la suciedad arrastrada por los cortes de los primeros clasificados en la general del campeonato. Eran los Yaris de Latvala y Lappi los encargados de completar los cinco primeros puestos parciales, mientras que Sordo caía a la sexta plaza argumentando cierta disconformidad con las sensaciones que le transmitía el i20 WRC.

Con la mayoría de los pilotos confiando en llevar en sus vehículos una monta de neumáticos duros acompañados de una unidad o dos del compuesto blando, la preocupación pasaba a centrarse entonces en el cielo y en las tormentas dispersas que estaban anunciadas en las previsiones meteorológicas. Mittelmosel combinaba de nuevo unas secciones en lo viñedos de las horillas del Río Mosela para pasar posteriormente a partes de carretera abierta, con buen asfalto y más anchura.

Después de que los primeros pilotos pasarán por el tramo quejándose de niveles muy bajos de agarre, Tänak, tercero en la general del campeonato, daba un golpe sobre la mesa. El estonio, cinco segundos mejor que la siguiente referencia se situaba de nuevo primero en la tabla de tiempos, mientras que por detrás nadie podía replicar el crono del estonio, inspiradisimo en esta prueba. Las alarmas saltaban cuando se informaba de una posible fuga de aceite hidráulica en la caja de cambios de Thierry Neuville, algo que no le reportó posteriormente mayores problemas. Sí que fue dramática la aparición de la lluvia, con algo más de un kilómetro en mitad de la tercera especial que estaba para neumáticos de mojado tal y como indicaba a su llegada Craig Breen, el cual sería el primer piloto afectado por esta tormenta.

Los 9,27 kilómetros de Wadern-Weiskirchen serían incluso más determinantes para un Tänak que mantenía su ataque continuado para endosarle otros tres segundos a un Sébastien Ogier que se convertía en un mero espectador al ver cómo su ex-compañero de equipo se alejaba ya a más de siete segundos en una especial muy propicia para cortar mucho en las curvas y la cual se ensuciaba rápidamente. Thierry Neuville por su parte ya cedía más de 10 segundos, seguido por Lappi, Sordo, Latvala y Evans, todos ellos en menos de cinco segundos de diferencia y esperando que el paso por la asistencia les permita tener más confianza en sus respectivas monturas. Mucho más desapercibidos pasaban los Citroën en esta ocasión, cerrando las 10 primeras posiciones con derecho a puntos tras el tercer Hyundai i20 WRC de un Andreas Mikkelsen que parece que aquí tampoco tendrá su gran actuación en esta gris temporada 2018 del piloto noruego.