El estonio, que lidera por primera vez el Campeonato del Mundo de Rallyes de la FIA, ha aparcado su coche a 4,5 km en su primer intento en el shakedown de 5,31 km de Llano Grande.

Desde el equipo Toyota Gazoo Racing le dijo a Tänak que no reiniciara el sistema por miedo a causar más problemas y su coche fue llevado de vuelta al parque de asistencia de León con un camión.

El director técnico Tom Fowler calmó los temores de que el problema fuera grave. ”Desafortunadamente ha perdido una señal por uno de los sensores que se necesitan para hacer funcionar el motor.

”Creemos que sabemos lo que está mal y que no es un gran problema, pero vamos a recuperar el coche y traerlo de vuelta aquí y revisarlo todo cuidadosamente antes de volver a arrancarlo de nuevo. Estamos seguros de que no hay ningún problema importante, pero queremos comprobarlo”, dijo.

Kris Meeke (abajo) marcó el ritmo con su Toyota Yaris. El Ulsterman superó al Hyundai i20 de Andreas Mikkelsen por una décima de segundo, con Thierry Neuville a dos décimas.

Meeke, ganador en México en 2017, marcó el ritmo en la primera pasada antes de que Esapekka Lappi fuera más rápido con su Citroën C3, ya que las pistas cubiertas de tierra se volvieron más limpias y rápidas. Meeke regresó a lo alto de la clasificación en su tercera y última pasada.

Dani Sordo, en su primera prueba de la temporada, fue cuarto con el i20, a tan sólo 0,4 segundos del ritmo de Meeke. Sébastien Ogier y Jari-Matti Latvala completaron los seis primeros puestos, separados por sólo 1,2 segundos.