Lewis Hamilton no es un piloto al uso. Ni por su enorme talento al volante del Mercedes ni fuera de los circuitos. Su personalidad es particular y su vida se asemeja mucho a la de las estrellas de cine o de la canción. El pentacampeón británico acumula distintas excentricidades y entre ellas es asistir con sus dos perros a todos los grandes premios del Mundial. Amor a sus mascotas, Roscoe y Coco, que incluye que ambos cuentan con pases de paddock del campeonato, viajan con él en aviones privados o asisten a glamurosas fiestas.

Pero no solo eso. Roscoe, el primer bulldog que tuvo el vigente defensor del título, es famoso por sí mismo y está en una agencia de modelo donde cobra 600 euros al día como reconocía recientemente el propio Hamilton: ”Roscoe es ahora parte de una agencia de modelos y tiene castings donde se enfrenta a 10 o 15 bulldogs. Me dijeron que necesitaban a un bulldog para anunciar productos. Cobra 700 dólares por día, suena ridículo, pero recibe su premio y le encanta”.

Extrapolando las cifras resultaría que si trabajara todos los días del año superaría los 250.000 euros anuales que cobra Lando Norris, según las cifras de los sueldos que se manejan en fuentes cercanas al paddock, y también el sueldo de tres pilotos más: Giovinazzi (Alfa romeo), Russell (Williams) y Albon (Toro Rosso). Si Roscoe cumpliera a rajatabla la ley laboral británica y trabajara únicamente los días laborables, 251, su sueldo también sería suficiente para seguir superando a Russell y Albon. Eso sí, muy lejos de los 49 millones que se embolsa su dueño por parte de Mercedes.