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Dani Sordo consigue su segunda victoria en el WRC en un final de infarto
6/16/2019


El último domingo de trabajo antes de las vacaciones. Aunque en solo unas semanas se llevará a cabo el evento promocional en Estonia del WRC (y algunos pilotos deberán seguir probando), el Rally de Italia-Cerdeña 2019, octava cita de las 14 que conforman el Mundial, tenía cierto sabor a último día de clase antes del verano. Con el casi medio minuto obtenido de ventaja durante el sábado, Ott Tänak y Martin Järveoja estaban enfilados hacia lo que iba a ser su tercera victoria consecutiva de la temporada... siempre con el permiso de un campeonato que ha demostrado una vez más ser dramático.

Ni un solo derrape. Sébastien Ogier finalmente salía a completar todo el fin de semana, pero en este caso el finlandés disputaba los tramos de la mañana a punta de gas, sin apenas alcanzar los 100 km/h en Cala Flumini y sin derrapar en ninguna de las curvas. La estrategia del francés estaba clara: reservar neumáticos (la monta única era de cinco medios para todos los prioritarios) de cara a la Power Stage, aunque era plenamente consciente de que abriendo pista y por mucho que fuera la segunda pasada, conseguir puntos extra en la jornada de hoy iba a ser muy complicado.

También había novedades para Juho Hänninen, el cual terminaba noveno en la etapa del sábado al adelantar in extremis a Kalle Rovanperä. El finés se retiraba antes de llegar al control horario, en este caso con el objetivo de realizar cambios en su vehículo y poner un soporte de motor nuevo ya que según la versión oficial de Toyota GAZOO Racing “estaba dañado”. Kris Meeke también levantaba el pie, en una estrategia que el norirlandés ya utilizó en Córcega después de perder toda opción a un resultado mejor después de dos toques previos. Aquí, el pinchazo del sábado también arruinaba sus opciones de ser quinto y por lo tanto pasaba a trabajar para pelear por la Power Stage.

Con Dani Sordo apostando por una estrategia conservadora y las situaciones más o menos estabilizadas incluso en la lucha por la cuarta plaza después de que a Elfyn Evans le devolvieran parte del tiempo por haber rodado tras el polvo de Kris Meeke (siete segundos), todo se centraba en saber qué estaba tramando Sébastien Ogier para intentar llevarse puntos en la Power Stage. El de Gap de nuevo cambiaba su posición de salida en la segunda especial tras respetar el orden de salida en la primera, apretando en el primer paso por Sassari-Argentiera para tomar las referencias y el ritmo de cara al último tramo. El de Citroën volvería a levantar en la penúltima especial y preguntado por los entrevistadores realizaba una de sus mejores actuaciones teatrales al hacer ver que nada estaba pasado antes de reconocer que “estaban intentando algo”.

Teemu Suninen también apretaba después de ver que Sordo se dejaba algunos segundos en los dos primeros tramos (la diferencia estaba en 13,9 segundos entre ambos), pero en el ataque cometía un error en una curva de derechas que estaba muy cerca de arruinar su gran trabajo y el de Jarmo Lehtinen durante todo el fin de semana. Sí se acercaba Andreas Mikkelsen, que lograba situarse a solo 5,9 segundos de Evans, con Neuville sexto esperando a conocer si el noruego era capaz de dar caza al de M-Sport o si finalmente habría ordenes de equipo para que pudiera ganar una plaza en la general final. Un buen regalo para el belga en su 31 cumpleaños cuya decisión solo se tomaría después de ver el resultado de la Power Stage.

Ogier se lanzaba a por todas después de los R5, el francés realizaba un registro en tres segundos mejor que el scratch en la primera pasada, logrando un tiempo que iba a ser muy difícil de batir por el resto. Thierry Neuville sería el primero que llegaba bajando unas décimas al galo, sin embargo, un error en una curva cerrada de izquierdas le llevaba a marcar un crono más lento que el del piloto de Citroën que tendría que esperar a ver a Mikkelsen para perder su posición de honor en esta última especial del rally. La primera sorpresa llegaba después de ver cómo a elfyn Evans se le volvía a escapar una posición que parecía segura en la Power Stage después de perder la victoria en Córcega.

El galés, con unos reglajes demasiado blandos para este tramo no podía hacer nada para responder el tiempo de Mikkelsen, cayendo a la quinta plaza y llevando a Hyundai Motorsport y a Andrea Adamo a decidir quedarse con la cuarta plaza provisional del noruego para el apartado de marcas en lugar de retrasarle y beneficiar a Neuville en su lucha individual. Sordo tampoco bajaba los tiempos y un susto en forma de subviraje en la misma llegaba a hacer tambalear ligeramente su segunda plaza.

Faltaba Ott Tänak y lo impensable. Un trompo y un problema con la dirección asistida dilapidaban por completo la ventaja del estonio de Toyota al frente de la general y le daban la victoria a Dani Sordo y Carlos Del Barrio que conseguían el segundo triunfo de sus carreras deportivas tras Alemania 2013. Tänak caía a la quinta posición mientras que Mikkelsen sumaba su segundo podio del año por detrás de Suninen. El himno español sonaba en las costas de Cerdeña en el que era uno de los días más felices de su vida para un Sordo que rompía a su vez con el dominio de los tres candidatos al título, autores de todas las victorias hasta el momento.

En WRC2, la masacre se completaba cuando en el primer tramo del día, Nil Solans tenía que abandonar por salida de pista, mientras que el líder de la prueba, Takamoto Katstuta, sufría un conato de incendio después de caer aceite sobre la salida de escape. Entre los oficiales, Gus Greensmith arrancaba una rueda de su Ford Fiesta R5 después de una compresión, completando así un fin de semana para el olvido después de salirse de carretera el viernes y de romper la suspensión el sábado. Kalle Rovanperä volvía a anotarse el triunfo en WRC2 Pro ”en uno de los eventos más difíciles en los que ha competido nunca”, secundado por su compañero de equipo en Skoda en lo que es el segundo doblete encadenado para el Skoda Fabia R5 Evo. Mads Ostberg se consolaba sumando de nuevo los cuatro scratchs de la etapa, asegurando que tenía un sentimiento positivo después de ”haber sido más rápido que el resto por minutos”.

Entre los privados, Pierre-Louis Loubet se llevaba en su tercera cita el segundo triunfo del año, también encadenado como en el caso de Kalle que ya lleva los que los británicos denominan como hat-trick. El francés ha pasado a ser el gran rival de Benito Guerra después de los problemas sufridos por Ole-Christian Veiby y Takamoto Katsuta. La gran actuación española se redondeaba con el triunfo de Jan Solans en el JWRC, 14,9 segundos por delante de Dennis Radstrom y después de una actuación espectacular desde el sábado. Copilotado por Mauro Barreiro, el español ya es líder del Mundial Junior.