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Rally de Turquía: Sébastien Ogier y Julien Ingrassia vuelven a ganar
9/15/2019


Esta vez sí había sonrisas en Citroën. Después de que Toyota GAZOO Racing consiguiera una victoria en este mismo escenario el año pasado a base de inteligencia y de esquivar problemas, este era la edición del Rally de Turquía para la firma de los dos chevrones, la cual se mostraba muy sólida durante toda la jornada del sábado. Estaba mucho más cerca por tanto la 47ª victoria de Sébastien Ogier y Julien Ingrassia, así como el primer doblete para la estructura gala desde el Rally de Argentina 2015. Únicamente había que completar el trámite de la etapa del domingo y poner fin a más de seis meses de sequía desde el Rally de México.

Cuatro tramos y apenas 38,62 kilómetros competitivos en total sumando la distancia entre todos ellos. La organización decidía curarse en salud y volver a introducir el intervalo de 4 minutos entre los pilotos de cabeza para que no se repitieran problemas como los sucedidos en la jornada de ayer, especialmente con la salida de Thierry Neuville que le llevaba a perder la senda del podio.

Las caras eran inevitablemente de sorpresa cuando se conocían los compuestos de neumáticos elegidos por cada piloto de cara a estas cuatro especiales del día. Mientras que Neuville y Mikkelsen optan por cinco neumáticos duro, Ogier por tres duros y dos medios y Lappi salía con un medio extra de repuesto, la sorpresa estaba al conocer que Tänak salía con lo justo, optando por tomar ‘riesgos’ al salir con cuatro medios y sin repuestos para así quitarse ese peso extra de cara a luchar por algunos puntos en la Power Stage y así evitar que Sébastien Ogier pudiera acercarse a menos de 15 puntos de él en la clasificación general.

La estrategia era clara, similar a la que ya había realizado en otras ocasiones Kris Meeke. Primero tirar al máximo en el tramo de Marmaris para conocer el recorrido a ritmo alto y estar listo para encarar su segunda pasada, la cual sería valedera para la Power Stage. A partir de ahí tocaría realizar las otras dos especiales intermedias a ritmo de paseo con el fin de salvaguardar los neumáticos.

Sin embargo, el resto de candidatos al título tampoco tomarían demasiados riesgos, con Sébastien Ogier asegurándose que Esapekka Lappi no le iba a atacar para poner en riesgo su tercera victoria de la temporada y un paso de gigante para optar a pelear hasta el final por su séptimo título intercontinental consecutivo. Es más, el finlandés volvería a provocar un pequeño sobresalto en la asistencia de Citroën cuando estos eran testigos de un trompo en la penúltima especial que llevaba a más de uno a rememorar el error de Lappi en Chile también cuando el rally encaraba los últimos kilómetros. Todo ello permitía a Ogier llegar con 19,9 segundos de renta sobre su compañero a la Power Stage.

También estaban más o menos sentenciadas el resto de posiciones. Teemu Suninen se decidía a conservar neumáticos para pelear por los puntos extra, mientras que en Toyota las órdenes eran claras; no correr excesivos riesgos, pero mantener la presión sobre Dani Sordo por si este pudiera tener un pinchazo o cometer un error, algo que el cántabro no quería ni imaginarse porque “no quiero ver la cara de Andrea Adamo si fallo”.

Sería obviamente Ott Tänak el que comenzaría tomando muchos riesgos en la Power Stage, consiguiendo un tiempo estratosférico que le situaba al frente de la tabla de tiempos con la opción de llevarse esos cinco puntos extra. Neuville no conseguiría rebajar el crono, por lo que la ganancia del belga este fin de semana era muy limitada a pesar del abandono del sábado del estonio de Toyota. Tampoco lo lograría Ogier, que se conformaba con el hecho de volver a ganar después de tantos meses en uno de sus periodos más largos sin victoria de los últimos años, similar al vivido con M-Sport a finales de 2017. Cinco puntos finalmente para Tänak, cuatro para Neuville, tres para Ogier y Latvala y Suninen repartiéndose los tres restantes respectivamente.

La clasificación final nos dejaba con el doblete de Citroën Racing, seguido de un Andreas Mikkelsen que volvía a dar la de cal con su tercer puesto. Teemu Suninen sigue contentando a los hombres de M-Sport con su silenciosa evolución, mientras que Dani Sordo cumplía con creces después del pinchazo del viernes y le daba a Hyundai Motorsport unos puntos muy importantes de cara a ampliar la ventaja en el apartado de marcas. Neuville solo podía ser octavo después de que tuviéramos un rally casi impoluto en cuestión de abandonos. Tänak sale de Turquía con 17 puntos sobre Ogier y 30 respecto a Thierry. En marcas, Hyundai tiene 314 puntos por los 295 de Toyota a falta de las tres últimas pruebas.

En WRC2 Pro la situación era rocambolesca cuando Gus Greensmith llegaba al final del rally con un minuto de ventaja sobre Jan Kopecký. El británico volcaba después de superar la meta del 16º tramo, dañando seriamente su Ford Fiesta R5 Mk.II y apuntando a que de nuevo el liderato podría pasar a manos de Jan Kopecký que se encontraba de nuevo una victoria después de los sucedido en Alemania. Sin embargo, la pareja de M-Sport era capaz de alcanzar la salida del siguiente tramo con la trasera del Ford destrozada, completando el tramo dentro del margen de 36 segundos con el que contaba sobre el veterano piloto checo.

Tampoco se libraba de los sustos Kajetan Kajetanowicz, durante todo el rally el mejor R5 clasificado colándose incluso entre los 10 primeros de la clasificación absoluta. El polaco perdía la tracción en el eje delantero, algo que le hacía completar la última especial únicamente con tracción trasera en su Skoda Fabia, viéndose obligado a ceder por tanto esta posición honoraria a los pilotos de WRC2 Pro. Aun así, el tres veces Campeón de Europa de Rallyes se llevaba el triunfo entre los privados.