La realidad se hace presente una vez más. |
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La cruenta realidad se hizo presente en el Rally de Gales o de Inglaterra, con el accidente del segundo auto del equipo Peugeot, el piloteado por el estonio Markko Martín y su navegante el inglés Michael Park quien a la postre falleció por el impacto recibido de su lado en un despiste a pocos minutos de haber arrancado la 15ª etapa y antepenúltima del rally, el día domingo 18.
Esta lamentable tragedia, nos recuerda una vez más que el rallismo como todas las disciplinas del automovilismo que se practican en el mundo entero, conllevan un enorme riesgo, ya que en ellas literalmente se reta a las leyes de la física, buscando siempre ir lo más rápido posible, frenar en la menor distancia posible, dar la vuelta lo más rápido posible etc etc. Para ello se equipa a los autos de competencia con los dispositivos de seguridad más modernos, se les exige a los concursantes también se vistan con los equipos más modernos de que se dispone en el mercado, cascos homologados, cinturones de seguridad también homologados, nomex antifuego homologados etc etc.
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Sin embargo y a pesar de todas las medidas de seguridad que se implementan, siempre estarán ahí las estadísticas que tarde que temprano nos alcanzarán, para recordarnos que a pesar de lo que hagamos siempre habrá algo que olvidamos o transgredimos y que nos lleva a una tragedia. Ahora supongo se investigarán las causas de esta muerte y quizás surga una nueva regla en seguridad, probablemente en cuanto a la protección que deben llevar los navegantes, ya que su lado en la mayoría de los casos es el que resulta más dañado, y ésto es algo que entre broma y broma siempre se hace hincapié en el medio; cuando se viene un despiste o un posible impacto, muy probablemente por causas del instinto de sobrevivencia, el piloto gira el volante hacia su izquierda en una reacción natural instantánea de protección y eso hace que el impacto entre por el lado derecho, el lado del navegante.
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Ya en el Rally de Finlandia de este año varios navegantes sufrieron de golpes y hasta perdida del aire y de la conciencia, porque el auto al saltar en los cambios de rasante cae violentamente con un gran impacto, y el navegante al ir leyendo las notas y pesar de amarrarse bien no tiene mucho control de su cuerpo, a diferencia del piloto que cuando menos ve venir el golpe del “aterrizaje” y se ayuda del volante y de los pedales para protegerse.
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Lo sucedido en este fin de semana en Gales, que sirva a nuestro medio nacional como una llamada de atención para que no soslayen las medidas de seguridad, ya que en varias ocasiones he sido testigo de que por flojera, amiguismo o por economizar unos pesos, los competidores y la autoridad se hacen “ojo de hormiga” y toleran desviaciones del reglamento de seguridad; cuidado, si sucedió en el WRC, puede pasar en cualquier lugar.
En sporcar.com estamos consternados por este episodio y hacemos llegar nuestras condolencias al equipo Peugeot, por tan sensible pérdida. Estaremos al pendiente de lo que la FIA y el WRC concluyan sobre este accidente para comunicarlo a los interesados en el tema.
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