El mexicano más grande fuera de la pista

"Nobody does it better..."
Carly Simon

La semana pasada, para ser exactos el sábado 17 de septiembre, se presentó en Inglaterra, durante el Festival de Goodwood, el libro de Jo (Joaquín) Ramírez, el mexicano que empezó de ‘secretario ve’ (por las tortas) en Ferrari en 1962 y culminó su carrera como coordinador del equipo McLaren en 2001.

Jo nació en México cuando el mundo se debatía en la II Guerra Mundial, pero nuestro país estaba aislado del conflicto. Segundo de ocho hermanos de una familia de clase media, se enfocó a los autos desde temprana edad y en su historia hay algunas participaciones discretas en karts, frente a frente en la pista con los hermanos Rodríguez y aunque no destacó –nadie destacaba junto a los Rodríguez a excepción de Moisés- se hizo parte del grupo de seguidores de Ricardo, a quien Jo idolatraba según confiesa su madre.

Jo entró a estudiar Ingeniería mecánica a la Universidad Nacional, pero antes de terminar la carrera se fue a Europa en barco y se presentó con Ricardo. El astro mexicano lo ayudó a conseguir un puesto en el equipo e inclusive le prestó algún dinero para que alquilara una habitación, casi un closet, en un hotel de Módena. Sin embargo, el destino intervino y Ricardo perdió la vida en México en noviembre de 1962, lo cual dejó devastado a Jo y, después de un tiempo en Ferrari, Jo decidió irse con el equipo Maserati de autos Sport, que regenteaba el estadounidense ‘Lucky’ Casner y no le satisfizo la experiencia pues añoraba la F1. Luego vino una oferta para empezar a trabajar en la naciente fábrica de autos de Lamborghini y Jo emigró a la que luego sería la rival de Ferrari en autos deportivos de calle. De ahí pasó al equipo de Ford que empezaba a producir en Inglaterra el famoso proyecto GT40 y ahí conoció bien a Dan Gurney, uno de los pilotos que ponían a punto el automóvil de la clase Sport. Como Jo ya estaba casado con una inglesa, Dan le ofreció trabajo de coordinador de mecánicos en su naciente equipo All American Racers, AAR, que se quedó con la base de operaciones de Ford en Slough cuando estos decidieron seguir el proyecto en América. Con Dan regresó a la F1 y le tocó estar a su lado en los momentos en que el Eagle cruzó primero la meta en Bélgica en 1968. También fue la primera victoria de un piloto de Jo en el máxima categoría, en la cual alcanzó 116, récord que recientemente rompió Ron Dennis, de McLaren. Ante el abandono del AAR de la F1, Jo cruzó el charco con Gurney para hacerse cargo de las operaciones de los autos que competían en las categorías TransAm, CanAm, e Indy, en todos los cuales fue extremadamente exitoso, pero a finales de 1970, con la presión de la añoranza de sus esposa por la vida en Inglaterra, Jo se reencontró con la gente de John Wyer que había dirigido el proyecto de Ford en el GT 40. Ahora tenían el poderosos Porsche 917 que manejaban como equipo oficial y Jo fue aceptado como uno de los mecánicos, en el equipo en el cual corría Pedro, el hermano de Ricardo. Jo volvió a ver a Pedro pero no le asignaron a su auto pues el jefe de equipo David Yorke no quería tener a ‘dos locos mexicanos’ y Jo se pasó la temporada 1971 con el auto de Siffert, mientras Pedro conquistaba el bicampeonato mundial. Pero Pedro también murió ese año y Jo emigró a Tyrrell, el equipo del famoso director Ken Tyrrell en el cual corría el recién coronado Jackie Stewart. Jo llegó para trabajar con su coequipero Francois Cevert y aunque ese año Emerson Fittipaldi los batió en Lotus, para el campeonato de 1973 Jo consiguió su primer campeonato con el escocés volador, aunque este se retiró al final del año en parte por la muerte de Cevert en Watkins Glen. Jo se quedó un año más en Tyrrell lidiando con el terrible Jody Scheckter, pero en 1975 recogió un nuevo reto y se fue con los hermanos Fittipaldi, a ser jefe de equipo recién formado Copersucar y de ahí pasó, encargado por Don Nichols a refundar el equipo Shadow que acababa de ser dejado en los huesos por la partida de sus integrantes, quienes se habían ido a fundar el equipo Arrows. Jo rehizo a Shadow y después de esa encomienda pasó a dirigir ATS para el alemán Gunter Schmid y luego fue a regir los destinos del equipo Theodore, del magnate asiático Teddy Yip, incluyendo entre sus trabajos la negociación de todos los convenios con la Asociación de Constructores de F1 (la FOCA por sus siglas en inglés) con su equipos y ahí dio muestras de su habilidad al lidiar con los dueños de Brabham, McLaren, Williams y demás. Sin embargo, Jo empezó a cansarse de estar en los equipos chicos y aceptó la oferta de Ron Dennis, quien lo había invitado a unirse a McLaren International un par de veces, y a fines de la temporada 1983, se volvió el coordinador de McLaren donde se mantuvo hasta el GP de Estados Unidos en Indy en el 2001, cuando recibió como regalo de despedida una victoria más, a cargo de Mika Hakkinen. Con esto completaba 479 Grandes Premios, en los sus pilotos obtuvieron 116 triunfos, más que el mismo Enzo Ferrari.

 

Y se trata de un mexicano, un exitoso hombre del deporte que se ha pasado la vida del otro lado del riel guiando a los grandes de McLaren, con cuyos nombres -Niki Lauda, Alain Prost, Ayrton Senna, Michael Andretti, Nigel Mansell, Mika Hakkinen y David Coulthard-, además de los de Ricardo y Pedro, Dan Gurney, Jo Siffert, Elio de Angelis, Johnny Cecotto, Roberto Guerrero, y muchos más, siempre estará asociado.

Ahora se ha presentado su libro, ‘Memoirs of a Racing Man’ y para noviembre esperen ver la traducción de este importante documento en su presentación en México. Lo interesante es que Jo es más conocido fuera de México que aquí; espero que el libro venga a rectificar esta penosa situación, en la que no apreciamos el talento nacional… e igual estarían los Rodríguez de no ser porque el autódromo lleva su nombre.

© CEJV/SHRAC 2005