El autódromo en decadencia para el deporte motor

"Don't you know, this ain't a game, it's business, not quite the same…"
Grateful Dead

El autódromo de la Magdalena Mixiuhca, ahora llamado hermanos Rodríguez en honor a Pedro y Ricardo, los máximos exponentes del deporte motor mexicano en la historia, cada vez es menos deportivo y más una concesión explotable sin tener en cuenta el deporte.

Recuerdo que en 2001 CIE prometió impulsar el automovilismo mexicano cuando firmaron para traer la serie CART, ahora Champ Car, a México. El autódromo no estaba en condiciones de recibir automovilismo internacional pues nada se le había hecho desde que la Fórmula Uno dejó México en 1992. No estaba cayéndose, pero necesitaba una restauración a fondo y CIE comprometió una cantidad entre 25 y 30 millones de dólares, según se sabe, para ponerlo a la altura necesaria.

Sin embargo, de entrada había ya un par de problemas. El primero es que Carlos Albert, durante su infausta gestión al frente del deporte capitalino, hizo una remodelación que fue a colocar un skatódromo y patinódromo en la curva Espiral, una de las más difíciles del mundo por su radio descendente y su entrada a más de 300 kilómetros por hora en un monoplaza de altas prestaciones, con lo cual dejó sin escape posible la recta, por lo cual los F1 no pueden correr aquí. Lo peor es que él me aseguró en una entrevista que tuvimos por medio de la Scuderia hermanos Rodríguez A. C., que no se iba a tocar la pista. Cuando menos ya sabemos para que sirve su palabra. Y skatódromo y patinódromo están vacíos día tras día, grafiteados y no sirven para cosa alguna. El segundo es que en la zona de la Horquilla sea asentó en 1999 el llamado ‘Papódromo, un templete bestial para que el Papa Juan Pablo II diera una misa. Pero en lugar de hacer una estructura temporal, erigieron una mole de hierro que cortó la salida de la Horquilla y dejó inservible el trazo de un kilómetro usado en las carreras de karts y además del de cinco km original y aisló los fosos nacionales del resto del circuito. O sea, las autoridades permitieron que por una visita papal se lesionara una instalación pública que deberían haber resguardado. Claro, a nadie se le aplican responsabilidades por esas cosas en México, al fin aquí es el país de la impunidad y el desperdicio, ya ven que tenemos varios autódromos de calidad mundial (es sarcasmo).

Para complicar las cosas las autoridades, encabezadas por el mismo AMLO que ahora quiere ser presidente, no vieron con buenos ojos la inversión, pues se trata de un “deporte de ricos”, según la consigna izquierdista. Pusieron trabas al por mayor y los trabajos arrancaron tarde por lo que se dejó de lado la zona de la Horquilla, que no recibió ni el encarpetado ni el cuidado que el resto del autódromo. Y CIE, al ser socia de Forsythe Racing en CART dejó que la compañía extranjera trajera un supuesto experto a diseñar la pista, mientras compañías mexicanas hacían el trabajo real. El tal experto, que realmente lo que todos le reconocen es que hace buenas margaritas, fue el australiano Ron Dickson; ayudado por un par de holgazanes que llama hijos, no hizo más que darle un retoque al trazado, sin alterarlo, y cobró a lo grande, más casa en las Lomas, asistente, autos, guaruras empistolados y prestaciones especiales. En lo que metió mano, las tribunas frente a los fosos, vimos el resultado de su mediocridad, pues no se alcanza a distinguir el borde y un par de metros de la pista al estar sentado. Tampoco hizo una sala de prensa, ni un podio decente, solamente partió en dos los fosos y dejó el paddock dividido en vez de buscar una solución integral. Y el gasto no se refleja en lo que se dice que costó, además de que cuando la FIA lo mandó a inspeccionar le dio clase B, o sea, no apto para Fórmula Uno. El tal Burton Helms, digo Dickson, vendió espejitos y se los compraron, caros además.

 

Y la zona de la Horquilla, al no quitarse el Papódromo, quedó aislada y a merced del delgado de Iztacalco, Armando Quintero, quien el año pasado hizo su propia remodelación (todos sabemos que la obra es realmente lo que deja grandes ganancias a los políticos) y usó la zona para una supuesto centro ecológico de lo más chafita que pudo encontrar, pero nadie protestó porque es perredista y le quitó metros a los ricos para darlos a áreas verdes, según me argumentó un líder popular de una colonia aledaña al conjunto.

Vino a terminar de dañar la cuestión el Centro Nacional de Alto Rendimiento que construye la CONADE en la zona sur del conjunto, en terrenos que fueron expropiados ilegalmente a la Magdalena Mixiuhca por otro funcionario intocable, Raúl González, cuando estuvo al frente de la CONADE. El CNAR deja sin posibilidad de acceso las tribunas de las parte externa de las Eses y compromete la zona del Estadio, la cual es particularmente buena para ver una carrera.

Recientemente se dijo que, cuando menos, para apoyar el automovilismo se iba a reabrir semanalmente la pista para que los pilotos pudieran practicar y recuperar los días de entrenamiento, mismos que formaron generaciones de nuevos volantes en la época dorada del automovilismo, misma que duró hasta fines de los años setenta aproximadamente. En efecto, la administración del autódromo ya anunció un par de fechas, una en mayo, otra en junio, para prácticas, pero con un pequeño inconveniente: cobro de 2,500 pesos por auto. Con esto, dan la razón al dicho de que este es un deporte de ricos, y cortan las alas de cualquiera que no sea parte de un equipo grande. Yo sé que el autódromo se renta a ricos que quieren correr, pero eso es distinto, esos son amateurs con dinero no pilotos profesionales que buscan subir en las categorías y representar algún día a México. Pero el negocio es rentarlo para eventos, presentaciones de autos, seguridad, o comerciales; el deporte si no deja no se puede apoyar porque quita días al negocio. Es triste, pero así son las cosas.

© CEJV/SHRAC 2006