Los cambios de opinión de Forsythe y su efecto en Champ Car

"Do this life is sacrifice to a stranger's bottom line? "
Pearl Jam

La semana pasada fue de mucha actividad en Champ Car, de hecho fue un clavo más en el ataúd de la categoría en México, si me permiten decirlo, y les explico.

Champ Car ha tenido dos de sus tres eventos más grandes de su historia en la ciudad de México y 5 de los 10 mayores por asistencia han sido en suelo azteca, todos en este siglo. Obviamente, para que eso suceda se necesitan pilotos mexicanos, pero a como pintan las cosas no vamos a tener pilotos mexicanos en el futuro cercano, justo en un año en que parecía que Mario Domínguez podía pelear el título con Sebastián Bourdais (y conste que no digo ganarlo, pues no creo que estuviera para tanto, pero si para darle una corrida al francés y hacerlo esforzarse).

Veamos lo que sucedió: primero el RUSport, de Carl Russo, despide a AJ Allmendinger y deja la serie sin gringos, lo cual es altamente peligroso, mientras contrata a Cristiano da Matta, que venía del Dale Coyne Racing, equipo en el que militaba a falta de otras ofertas, pues según me comentó: “Era Dale Coyne o quedarme a ver las carreras en la televisión en mi casa”.

Segundo, Gerry Forsythe decide que está harto de Mario Domínguez, quien no quiere ser un buen y dócil piloto número 2 y lo corre, para contratar a AJ. El pretexto es que le ha chocado dos veces al líder del quipo, Paul Tracy, y que no ha respondido alas expectativas. Podrán decir misa, pero el caso es que Mario había calificado adelante de Paul 3 de 4 veces en el año y tenía más puntos, además de ser el único que había peleado con Bourdais la victoria en el año, en Houston, hasta que un error lo hizo perder la punta. De hecho el propio Sebastien me comentó que no estaba muy contento de pelear con Mario porque lo veía “súper agresivo en la pista” y prefería a otros que respetaban más su condición de campeón, o sea, que se apantallaban con su manejo. Total, que lo corren por ser piloto y no seguir órdenes de equipo, como lo declaró Mario posteriormente. Pero, de entrada las órdenes de equipo, si el campeonato no está en juego, son un travestismo del deporte, y ningún piloto debería seguirlas en esas condiciones, además de que Tracy no es Schumacher, por mucho.

Tercero, una persona de la oficina de PR (Relaciones Públicas en inglés), se da cuenta que ya no hay mexicanos en Champ Car y cierran el año en México. Ante el potencial desastres se mueven rápido y le ofrecen el asiento en Dale Coyne Racing a Mario, quien, como Da Matta, prefiere eso a quedarse a ver las transmisiones por cable (pues en televisión abierta ni soñarlo).

Cuarto, AJ gana en Pórtland, y tampoco es buen segundo piloto como se supone que se le había contratado por un par de carreras. Forsythe no comenta al respecto y más bien le extiende el contrato a AJ por el resto del año; bonita manera de pagar la indisciplina. Da Matta mejora de sus usuales sitios en la mitad de la parrilla y Mario se va a la última parte de la misma, siendo el más perjudicado en la danza de las sillas musicales.

 

Pero aparte de las mentiras de Forsythe para correr a Mario de su equipo, donde se supone que ganaba arriba del millón de dólares al año, pero fue liquidado sin que le tocara un centavo (esa es la ley allá), lo que es evidente es que Forsythe ya se hartó de México, y el sentimiento es mutuo.

Originalmente entró como socio del GP de Monterrey con ‘Pat’ Patrick, pero luego lo corrió, se quedó con el pastel sólo u contrato a CIE para que hiciera la carrera, a la vez que se asoció con la empresa mexicana para montar la restauración del autódromo Hermanos Rodríguez, a un costo estimado en 25-30 millones de dólares, que no se ven en lado alguno, para traer otra fecha de CART (nombre en aquel entonces de la Champ Car) a México. Pero luego se peleó con la gente de CIE, pues sus encargados en la empresa GRAND fueron bastante ineptos, por no decir que hasta corruptos, en especial el australiano Dickson, cuya capacidad de albañil fue exhibida con las tribunas enfrente de los fosos y su nula visibilidad hacia la pista. Forsythe orquestó la salida del grupo mexicano que comandaba el proyecto y tomó las riendas al siguiente año (2003), pero fracasó y desde entonces CIE ha seguido operando, pero Forsythe se siente, en palabras de un asociado suyo, “robado por los mexicanos” y como, además no le han llegado los patrocinios aztecas que esperaba, lo de Mario fue su venganza. Habría que añadir que una empresa cervecera ejemplar, por no decir modelo, ya tenía todo listo para que su piloto potosino se subiera con Forsythe, pero le subieron casi al 100% el monto del patrocinio a la hora de firmar y mejor se fueron a su casa a invertir en el mundial de panbol. Así que si a alguien tiene que culpar Forsythe es a su avaricia, no a la falta de apoyo nacional, que ha sido amplio.

Ahora, si Mario no remonta, y ya empezó su lamentable caída con 7 puntos en las últimas dos carreras, pues además lo castigaron por el incidente de Milwaukee cuando a tipos como Tracy le han permitido una carrera de choques y golpes a placer sin sanciones, la Champ car se puede despedir de México. En 2007 no habrá Monterrey, como me comentó un conocido patrocinador de esa ciudad, y otras empresas mexicanas ya están replanteando su apoyo a la categoría, empezando por el derecho de nombrar los eventos en México, y es muy factible que no le entren, según han asegurado algunos de sus directivos.

Bueno, finalmente habrá algo bueno: ya no tendremos que soportar carreras de segunda con ínfulas de categoría mundial. Lástima por Bourdais y los pilotos que valen la pena.

© CEJV/SHRAC 2006