Quo Vadis Michelito?

"The future, it don't really matter to me..."
Tom Petty & the Heartbreakers  

Antes de empezar a desarrollar el tema aclaro que Michel Jourdain me cae bien muy bien y creo que es uno de los grandes pilotos de la historia de México y Michelito, su hijo también me cae bien, aunque es un poco malo para las entrevistas y para darte notas como periodista, pues es muy monosilábico en sus respuestas, pero lo que veo es lo siguiente.

Decía Jo Ramírez que si Mario Andretti hubiera sido carpintero, Michael Andretti también lo hubiera sido. Pues yo veo que si Michel Jourdain D. hubiera sido carpintero, Michelito Jourdain Lascuráin también lo hubiera sido. Veo la pasión de Michel cuando habla y cuando expone sus puntos de vista del automovilismo, aunque concuerdes o no con ellos, y entiendo un gran amor por todo lo que sean autos y competencia; pero cuando oigo a Michelito hablar no encuentro más que indiferencia, un poco de arrogancia, que en mi opinión oculta desconocimiento, y valemadrismo tremendo, como sí igual le diera estar corriendo que jugando panbol o posando para alguna marca de ropa o relojes como modelo.

Y los resultados recientes de Michel reflejan eso que yo estoy viendo en su actitud. No sé si sería que la prensa mexicana dejó de interesarle después de que todos lo criticamos en 2004 por no irse con Rahal a la IRL y seguir en un equipo chafita de Champ Car (RUSport), al cual primero defendió y dijo que era de los mejores de la historia y luego al final de temporada aceptó que no tenían suficiente apoyo para poner dos autos de primera en la pista y el suyo era el segundo. Y mientras tanto, Buddy Rice, contratado a última hora por Rahal, ganaba las 500 Millas de Indianápolis en el que hubiera sido el auto de Michelito. Pero él insiste que no fue un error, y una vez hasta dijo que su auto era el de Vitor Meira no el de Rice.

Luego dejó los monoplazas y consiguió (o dicen las malas lenguas que Michel le consiguió por sus contactos con Ford para quienes organizó la Mustang durante muchos años) un contrato para empezar en la NASCAR, con carreras en la Busch y hasta se fue a Carolina del Norte, donde nació Michel III. Pero el proyecto de dos años fracasó y nunca subió a la serie premier, más bien anduvo dando bandazos y corrió en las trocas (NCTS) y nunca le agarró el estilo a los óvalos. Y de repente corría en autos malones en prototipos (las 24 Horas de Daytona, donde quedó séptimo) y siguió muy contento quedando en el recuerdo lejano su gran campaña de CART 2003 cuando todos lo veíamos como un contendiente al título de 2004.

 

Y tras el fracaso en NASCAR, donde todavía corre esporádicamente, en 2007 consiguió ser parte del equipo del Mundial de Turismos de SEAT (otra vez, se dice que por los contactos de Michel, quien organiza una serie de estos autos para México, aunque debió haber debutado ya este año en pistas aztecas) en un León de 2 litros con el cual primero dijo que no se acoplaba por la tracción y luego dio uno de los peores años que ha tenido en su carrera. Quizás tan malo como los de NASCAR, en donde todos suponíamos que iba a fracasar (y todos incluye a los representantes de la prensa que saben de que hablan y no a los jilgueros que por amiguismo o interés monetario –y vaya que todavía los hay– hablan bien de lo que les conviene). Y la comparación con un Tiago Monteiro, al cual él superaba ampliamente en Champ Car es obvia. El piloto portugués, quien también venía de monoplazas y totalmente desadaptado a los turismos tuvo buenas carreras y muchos más puntos que Michel (quien solamente consiguió tres en todo el año), pese a perderse el inicio del año por su contratación tardía, y además atiende a la prensa con una sonrisa en la cara y no da excusas patéticas cuando choca, como sucedió con Michelito en Macao al final del año, donde además el mexicano lamentó no poder apoyar a su equipo, cuando realmente no lo apoyó en todo el año en nada.

Yo veo a Michelito hacer algo como el WTCC por no tener algo mejor, quizás no ha encontrado una chamba que le sea tan redituable; veo a Michelito sin el corazón en los autos y realmente ha pasado de ser un ídolo a ser un estorbo en ellos, porque obtiene patrocinios (que no entiendo como se le dan en base a sus pésimos resultados) y le quita oportunidad a otros volantes de obtenerlos, otros que podrían ser más exitosos y que, sin duda, estarán más contentos y más comprometidos con el automovilismo. Y lo peor es que Michelito es un buen piloto; tiene la ventaja del nombre que nos lleva a los viejos aficionados a recordar las grandes batallas de su padre en las pistas; tiene el aspecto físico de güero que tanto jale tiene en la mercadotecnia mexicana donde lo moreno es símbolo de fracaso; tiene una comodidad en la vida en cuanto a su aspecto económico; y sin embargo, no tiene el gusto o las ganas por lo que hace. Valdría quizás más la pena ser un buen carpintero que un mal piloto.
Y por eso pregunto con pena ajena por su situación: ¿Quo vadis Michelito?

© CEJV/SHRAC 2007