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              El 
                montador de exquisitos y sofisticados brillantes. El montador 
                que esperaba a mediados del mes, para recibir un ejemplar de cortesía, 
                de la Revista Record.  Sí, 
                ahí en el pueblo de Tacuba número 37 en los locales 513 y 514, 
                Nicolás Sánchez Sánchez, tenía su taller de joyería y dos puertas 
                al lado, estaba un despacho rentado por Edmundo Contreras, editor 
                de esta revista deportiva y de espectáculos.  La 
                revista pasaba de un lugar a otro, porque el hermano de Contreras, 
                era empleado en la joyería de Don "Nico".  La 
                relación entre montador y editor se estrechó y no pasó mucho tiempo, 
                para que Nicolás y Edmundo empezaran a hacer negocios, pero no 
                precisamente de joyería, simplemente que el montador apoyaba económicamente 
                para que la revista fuera editada y saliera a tiempo.  Después 
                de varios meses, Nicolás se dio cuenta que no recuperaba nada 
                de lo invertido y dijo "me voy". Pero realmente la revista ya 
                era de él. Así se lo hizo saber Contreras y le dijo, aquí esta 
                tu revista.  |  
         
          | El 
              montador al verse sólo, tuvo que acudir a ver al fundador de la 
              Revista Record, a Octavio Roy Ocotla. Todo un personaje dentro del 
              periodismo. Amigo. Bohemio. Carismático. Redactor. Jefe de Prensa. 
              Para pedirle su apoyo y Roy Ocotla, no se hizo del rogar. Lo contactó 
              con el medio que a partir de ese momento, empezó a ser su nuevo 
              empleo.
 Que no ha vivido Nicolás al frente de esa revista, como reportero, 
              fotógrafo, diagramador, publicista, editor, promotor, patrocinador, 
              sólo el sabe. Lejos de comentarlo, prefiere irse con su esposa a 
              su pueblo, San Juan del Río y desde ahí manifestar a los cuatro 
              vientos, su alegría, su satisfacción, su tristeza y su desolación.
 
 Pero al momento de llegar a su despacho de Avenida Juárez, nuevamente 
              lo hace cargado de energía y le extiende la mano a quien se le cruza 
              en su camino, con las frases más sencillas y modestas, pero con 
              gran corazón, siempre te ofrece lo que tiene: "Q'iubo mi cuate. 
              Siéntate. Te invito un refresco, o quieres un café. Tu familia como 
              está. Cómete una fruta".
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          | Cansado, 
              a sus casi ochenta años de edad, cumple con sus dos trabajos diarios. 
              El primero y más importante es levantarse temprano para apoyar a 
              su esposa en prepararle su comida, porque tiene que dejarle todo 
              dispuesto, para salir con destino a su despacho y enfrentarse al 
              terreno editorial, donde busca la publicidad para su revista.
 Aprovecha también ese momento, para hacer alguna entrevista, además 
              de invitar algún deportista o funcionario a su programa dominical 
              que tiene en Radio ABC, de tres a cinco de la tarde.
  
              Don Nico, tiene confianza de conseguir apoyo publicitario, porque 
              quiere volver a editar en lo que resta del año, su revista, con 
              la periodicidad mensual, como cuando él se hizo cargo. |   
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              POCOS DIAGRAMADORES
 Sus 
              "pininos" los inició con el temblor de 1957, aquel donde el ángel 
              de la Independencia cayó al suelo en añicos. La nota, fue por demás 
              que elocuente, el joven principiante dentro del periodismo participó 
              en el equipo para la nota general, con entrevistas, en el periódico 
              El Zócalo.
 Pero después vendría la duda, cuando Víctor Ignacio Galván, empezó 
              a "esquemar" aquellas cuartillas y fotografías y sus jefes simplemente 
              movían la cabeza, para afirmar que diseñaba otra plana POSTER. Más 
              tarde encaminó sus pasos a otro medio informativo escrito, el Cine 
              Mundial.
 Galván 
              demostró en poco tiempo, sus grandes cualidades como formador y 
              de paso también mejoraba su redacción, al grado de convertirse en 
              uno de los fundadores de la Revista Meta, donde permaneció por espacio 
              de 35 años.  Formar 
              la revista Meta, no le quitaba mucho tiempo y aprovechó su tiempo 
              en contratarse con varias revistas, donde dio rienda suelta a su 
              redacción, al tocar temas de espectáculos, policía, deportes, en 
              fin, colaboró con un gran número de revistas y periódicos, como 
              en el Estadio, Fígaro, El Día, Crónica…  A 
              propósito, no mencioné al periódico Nacional, creo que fue ahí donde 
              realmente se reconoció la labor de Víctor Galván.  Ahí, 
              Galván fue reconocido, pero más que eso, aprovechado para abrir 
              una escuela, situada en diferentes provincias de la República Mexicana. 
              Una escuela donde sólo él podía ser el maestro. Donde sólo él, sabía 
              que esa técnica empleada era producto de un "don", que nadie se 
              lo podía robar; esa escuela, sin cuadernos, ni libros, estaba llena 
              de cuartillas, esquemas, escuadras, tipómetros, era la mesa de redacción 
              de los periódicos El Nacional, que han cerrado sus puertas; mientras 
              que sus empleados, difunden en otros medios, ese arte que no morirá 
              y que ahora pomposamente se llama "diseño".  
              Fue ahí donde sus clases en materia de diagramación alcanzaron los 
              niveles y satisfacciones para el hombre que desde muy joven dominó. 
              Su dominio fue todo un arte y eso sólo los grandes lo pueden ejercer. 
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 Hasta la próxima!!!
 
 Su amigo
 DABET MORALES
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