1 Memo Rojas II
2 Esteban Gutiérrez
3 Sergio Pérez Mendoza
4 Yair Godìnez
5 Salvador Durán

Histórica 038
Octubre 15 de 2007
Por Carlos Eduardo Jalife Villalón

La Primera Victoria Internacional de México en Automovilismo

Los Rodríguez tuvieron una gran relación con Porsche, al principio de su carrera en autos con Pedro y, principalmente, Ricardo, y al final de la carrera de Pedro. Aunque muchos asocian a los hermanos con Ferrari, Porsche fue como la primera novia, aquella que nunca se olvida, y en el caso de Pedro, la que más satisfacciones le dio. En estas primeras 12 fotos analizaremos los comienzos de la relación.

Foto 1: Cuando era campeón nacional de motociclismo en 1954, Pedro Rodríguez empezó a correr un Porsche 356 Pre-A a los 14 años de edad; el auto, propiedad de su padre, fue prontamente bautizado como la ‘Tortuguita’ por su forma redondeada que asemejaba un caparazón de anfibio. La foto está tomada en el aeródromo militar de Puebla, y don Pedro Rodríguez, a la derecha de sombrero y saco claro, supervisa la acción del equipo que acompaña a su hijo mayor. Pedro, con su casco de motociclismo con el escudo de Adler, la marca de motos de 125 cc que corría, recibe alguna instrucción de último minuto de uno de sus mecánicos ya en la parrilla de salida. Es notoria la concentración que muestra y que sería característica visible en sus fotos en la parrilla de cualquier carrera a lo largo de su vida.

 

Foto 2 A fines de 1956, don Pedro Rodríguez había pedido al príncipe Alfonso von Hohenlohe, representante de VW y Porsche en México, venderle un RS 550 Spyder para su hijo, Ricardo, gran campeón mexicano de motociclismo, quien empezaba a ganar carreras de autos en turismos; Hohenlohe no estaba muy convencido, pero tras la soberbia actuación de Ricardo en Avándaro, en abril de 1957, al mando de un OSCA, pidió de urgencia un auto a Alemania y como no tenían le cedió el que estaba destinado a su uso personal. El auto finalmente arribó a México y prontamente lo estrenó Ricardo en Puebla, en el V Premio Zaragoza, a principios de mayo, quedando tercero absoluto solamente vencido por Julio ‘Bache’ Mariscal en un Jaguar D y Ken Miles, considerado el mejor piloto de Porsche en el mundo, sobre otro RS 550, enviado por Porsche en caso de que Ricardo no diera resultados. En la foto Ricardo (de negro), explica algo al príncipe (lentes y sombrero) y a Miles (de blanco) antes de la arrancada.

 

Foto 3: El número favorito de Ricardo siempre fue el 9 y sus autos generalmente lo usaban si tenía elección. El Porsche fue rotulado apresuradamente con ese número y antes de la arrancada en Puebla, el domingo 5 de mayo, es empujado por sus mecánicos rumbo a la parrilla de salida. Don Pedro, lado derecho en la foto portando sombrero y vestido de blanco, vigila el proceso en el paddock, situado en la parte interna del circuito formado por las pistas de aterrizaje del aeródromo militar ‘Pablo L. Sidar’, cuyas tribunas se aprecian al fondo. Es notorio el número de extranjeros enviados a verificar si todo lo bueno que se decía sobre las cualidades de manejo de Ricardo era cierto, pues estaban interesados en firmarlo para su equipo, como harían posteriormente. Destaca entre ellos John von Neumann, de camisa a cuadros junto a don Pedro, piloto e importador de la marca germana en Estados Unidos.

 

Foto 4: Tras una victoria en la carrera del Jubileo de Torreón el 15 de septiembre de 1957, Ricardo encaró su primer compromiso internacional en la inauguración del circuito californiano de Riverside el 21 y 22 de septiembre. Acompañado por la familia Rodríguez y varios amigos, llegaron en caravana desde Torreón y visitaron la pista en las afueras de Los Ángeles. El viernes 20, Ricardo calificó en primera fila para la carrera sabatina a seis vueltas al largo circuito de 5,271 metros y tras un parpadeo inicial ganó la carrera acallando las burlas de los pilotos estadounidenses que pensaban que era simplemente un ‘niño rico’ del sur de la frontera. En la foto se aprecia a Pedro, su hermano, de boina y camisa blanca casi junto al Porsche número 11 de Ricardo, cuando los asistentes dejan solos a los pilotos segundos antes del banderazo de salida. Pedro fue los oídos de Ricardo todo el fin de semana, pues entendía perfecto el inglés tras dos años de estudios en EUA.

 

Foto 5: El domingo 22 de septiembre de 1957, en el Trofeo Riverside a 25 giros, Ricardo volvió a salir en primera fila, esta vez en la Posición de Privilegio (PP) y dominó a placer la carrera, pasando como puntero en todas las vueltas y lapeando a 17 de sus 20 rivales, además de imponer la Vuelta Rápida (VR) para su clase con un crono de 2’17.5” y cruzar la meta con 13 segundos de ventajas sobre el suizo Jean Pierre Kunstle, quien había sido noveno con Ken Miles meses antes en las 12 Horas de Sebring. Tras su brillante exhibición en el Porsche en el entonces semidesértico Riverside, los estadounidenses se volvieron fanáticos de Ricardo y el editor de MotoRacing, el semanario más importante de la época, pronosticó que para 1963 Ricardo sería campeón del mundo. Para México, este triunfo significó poner al país en la escena internacional de automovilismo, pues realmente no había tenido a un piloto destacado globalmente antes de Ricardo.

 

Foto 6: Para noviembre de 1957 se programó el I Premio Revolución en el multifuncional aeródromo militar de Puebla, el domingo 17 del mes. Ricardo regresó a la pista en la que había debutado el Porsche y, tras haber recibió permiso de la Federación Internacional de Automovilismo, ya no hubo problemas con los comisarios, quienes en otras ocasiones habían objetado su edad. Esta vez tampoco tuvo problemas con sus rivales, y ya adaptado completamente al manejo del Porsche 550 RS Spyder, Ricardo dio una clase de manejo y batió al Jaguar de Mariscal y a todos los demás rivales, incluso al Corvette de su hermano Pedro, imponiendo un nuevo récord de pista con un minuto y 25.0 segundos, a 141.93 kilómetros por hora de promedio. Ricardo recibió dos trofeos: por ganar en clase y otro por la victoria absoluta, mientras que Pedro acabó tercero y también vencedor en su categoría. En la foto se puede apreciar el número usado, el mismo ‘9’ de la carrera de mayo, pero con un trazado distinto.

 

Foto 7: El final del año automotor mundial se daba en las Bahamas, donde se llevaban a cabo las Semanas Internacionales de la Velocidad en el circuito callejero trazado en los alrededores del aeropuerto Oakes Field de la capital de las islas, Nassau. Los hermanos Rodríguez fueron a competir ese fin de año invitados por el organizador ‘Red’ Crise, gracias a la sugerencia de algunos de los pilotos estadounidenses victimados por Ricardo en Riverside. Regresaron cargados con siete trofeos en su maletas, cinco de ellos de Ricardo, tras otra brillante demostración de manejo frente a algunos de los mejores pilotos del mundo como Stirling Moss y Jack Brabham. Ricardo corrió con un overol rojo en su Porsche RS 550 Spyder y en la fotografía se aprecia que el joven volante mexicano de apenas 15 años, tenía el tamaño justo para la cabina del compacto auto alemán de 1,500 cc, mismo que corría en la Clase B -Sport Menor- en México, o en la F -de 1,300 a 1,500 cc- en las competencias internacionales.

 

Foto 8: La carrera de Avándaro en 1958 fue una batalla entre los Porsche RS 550 Spyder de Ken Miles y Ricardo Rodríguez, aunque hubo otros autos que participaron como los Ferrari Testa Rossa de Pedro Rodríguez y John von Neumann. La fecha en el circuito del Estado de México se había vuelto la más importante del calendario mexicano al desparecer la Carrera Panamericana y ahí Ricardo se dio a notar por primera vez en 1957, pero al año siguiente ya era el favorito del público por sus grandes victorias dentro y fuera del país. En la arrancada, Pedro (#10) se fue al frente y encabezaba el pelotón al llegar a la primera horquilla, en bajada, delante de Ricardo (#9), Miles y Von Neumann, pero pronto los Porsche se impusieron y dejaron atrás a los Ferrari que les doblaban en cilindrada, pero no en maniobrabilidad y, sobre todo, no tenían problemas de carburación como los autos italianos.

 

Foto 9: La batalla de Avándaro el 13 de abril de 1958, duró 50 vueltas al circuito de 3.9 kilómetros trazado en los bosques mexiquenses. Ricardo fue seguido por Ken Miles vuelta tras vuelta, y luego el inglés avecindado en California confesaría que, “ese día en Ávándaro aprendí a tomar las curvas siguiendo a Ricardo Rodríguez”, pues el mexicano tenía un estilo fruto de su talento natural y no de incontables sesiones de práctica buscando l a mejor línea. En la foto, en las curvas de subida de la parte trasera del circuito, Ricardo (#9) checa en el espejo la distancia que le saca al Porsche 550 RS Spyder de Miles, pues sabía que su rival acostumbraba atacar al acercarse el final tras seguir a los líderes conservando su máquina en los primeros tres cuartos de carrera. Ese día la táctica no funcionó.

 

Foto 10: Para 1958, Ricardo había aprendido a usar el tránsito en las carreras y los rezagados eras simples peones que colocaba entre él y sus perseguidores. Algunos rivales recuerdan que el Porsche plateado con vivos de color azul obscuro era capaz de rebasarlos en lugares inimaginables y lo hacía con una rapidez y decisión que no dejaban lugar a dudas acerca de por qué mandaba en las carreras. Eran golpes quirúrgicos que desmoralizaban al adversario y llegaron a causar el retiro de otros pilotos que aspiraban a la grandeza, o su eventual paso a categorías inferiores en las que Ricardo no aparecía como rival. En la foto, también en la zona de las curvas del la parte trasera del circuito de Avándaro en 1958, Ricardo va camino a imponer la Vuelta Rápida, 1’49.8”, rompiendo el récord que había establecido el italiano Umberto Maglioli años atrás en un Ferrari con un motor tres veces mayor que el del pequeño Sypder. Su promedio fue un brutal 127.868 kph en la vuelta.

 

Foto 11: Tras la frustrada participación de Ricardo en Le Mans, la amistad con José Behra, pareja de Pedro en las 24 Horas, se hizo grande y el francés invitó al mayor de los hermanos a correr en su Porsche 356 Carrera en la otra clásica de resistencia gala, las 12 Horas de Reims el 5 de julio de 1958. La carrera en el circuito triangular formado por carreteras en las afueras de la antigua capital francesa arrancaba a medianoche, justo cuando el sábado se convertía en domingo, y terminaba a mediodía, por lo que existían sesiones de práctica nocturnas programadas en los días previos. Pedro fue captado en uno de esos ensayos nocturnos cuando abordaba el auto que José usaba para andar en la calle, un auto privado con el cual quedaron en noveno sitio absoluto y segundo en clase, mostrando que la edad nunca fue factor en la habilidad de los hermanos Rodríguez en las pistas del mundo.

 

Foto 12: En el verano de 1956 los Rodríguez iban a debutar en las 24 Horas de Le Mans, pero los organizadores franceses impidieron que corriera Ricardo por tener apenas 16 años de edad y pensar que no estaba apto, pues nunca había corrido en Europa y su pareja iba a ser otro novato, su hermano Pedro Rodríguez, de 18 años de edad y también debutante en Europa. Pedro fue obligado a correr con un francés con experiencia, José Behra, hermano del campeón Jean, y pronto ‘Pepe’ fue como un miembro más de la familia Rodríguez. Aprovechando la vista trasatlántica, Ricardo insistió en ir a Stuttgart a conocer la fábrica de Porsche y tener pláticas con el equipo, pues estaba contratado para correr en el campeonato mexicano y en algunas pruebas internacionales con la escuadra germana. La foto muestra a Ricardo, extrema derecha, y a su mamá, doña Conchita, contemplando la entrada de algunos autos a los talleres del equipo de competencia.

© CEJV/SHRAC 2007